lunes, 28 de marzo de 2016

semana santa 2016

¡buenas tardes! acá en Venezuela son las 3:2 así que tengo algo de tiempo para escribir. El arreglo del wifi en mi celular no sirvió de mucho porque a los dos días que le acomodaron la pieza se volvió a caer... ni modo, me resolveré con él así. Solo pude descargar la dichosa aplicación telegram que me habían dicho los muchachos de los grupos de noticias que estaban por whatsapp, para descubrir que el lector de pantalla de mi celular tampoco funciona con esa aplicación, solo me lee el último mensaje enviado por un grupo o una persona y no puedo hacer nada con lo que leo (me refiero a copiarlo, abrir un enlace que tenga o cualquier otra acción) por lo que no podré unirme a los grupos de noticias por telegram, aunque dudo que alguno de los muchachos quiera que esté allí de nuevo ya que me salí de los grupos por whatsapp... ¿cómo no iba a hacerlo, si se iban a mudar de plataforma? En fin, una pena; me quedé igualmente con la App en el celular por si acaso. bueno, la semana pasada fue semana santa en mi país. Antes de eso el sábado 19 de marzo fui a otro evento de Herbalife, celebrado en un salón cerca del colegio de ingenieros con mi hermano y mi madre como mis invitados. Cuando llegamos había demasiada gente en la cola ¡esos eventos se llenan! No tenía el brazalete de asociada, así que tuve que llamar a una mayorista para que saliera a dármelo y me dejaran entrar. Mi patrocinador, Luis, fue quien salió a dármelo y avanzamos dificultosamente entre la gente él y yo porque los invitados debían quedarse en la cola. Al lado de la puerta Luis habló con una mujer a ver si me dejaban entrar al salón a mi y a mis invitados, pero ella comentó que se estaba dando una sesión solo de mayoristas y luego podría entrar por lo que debía esperar unos cinco minutos junto a la puerta. Cuando expresé mi conformidad diciéndole que no se preocupara y que me podía quedar allí, ella se jiró y me palmeó en el antebrazo: "tranquila, tranquila", me dijo pero el tono no me gustó: era como si le hablara a alguien muy hiperactivo que fuese a desatarse de un momento a otro, suave pero firme. Luego se volvió hacia el señor Luis: "lo que no quiero es dejarla sola", le dijo como si yo no estuviera. "oiga pero yo puedo", le dije buscándola con mis manos para asegurarme que me prestaba atención. "no se preocupe, yo ahorita vengo", le dijo el señor Luis y así, gracias a dios, pude quedarme tranquila cerca de la puerta del salón. De esas cosas hablo cuando comento que la gente no tiene cultura con respecto a las personas con discapacidad. Una regla básica para tratar a un ciego, es dirigirse a él específicamente, no a su acompañante; no hay nada que nos satisfaga más.
Una vez dentro ya ubicada en un puesto que el señor Luis me había reservado, esperé a mis parientes. Coloqué el bastón a lo largo para guardar los puestos que estaban a mi lado izquierdo y llegaron poco tiempo después. Casi comenzando el evento ¡cuál fue mi sorpresa! Brayan me envió un mensaje diciéndome que estaba cerca, apenas a unas cuantas filas de mí. No pensé en invitarlo puesto que estudia los fines de semana pero me alegró mucho verlo. El evento estuvo increíble, lleno de historias que nos inspiraron a los distribuidores independientes de Herbalife a continuar con el negocio y seguir siempre adelante. Este sin embargo no será el único evento al que asista: siempre todas las semanas hay reuniones para mostrar esa oportunidad de negocio y puedo llevar invitados, así que quien desee ir conmigo a alguna de ellas, puede comunicarse conmigo a través de un comentario dejándome un canal para contactarlo, o dejándome un tweet al usuario @frasesbykaty, o al correo electrónico zzorayac@gmail.com. No se van a arrepentir, se trata no solo de un trabajo que les permitirá ganar un ingreso extra sin importar el país de donde me leen (también hay reuniones en línea) sino que es un estilo de vida que les permitirá alcanzar la meta que tengan en mente en cuanto a nutrición se refiere, ya sea subir, controlar o bajar de peso.
El lunes entrené con Brayan por primera vez en la mañana por ser semana santa y él no tenía que trabajar. Por la tarde también entrenamos, y Richard nos puso un trabajo de hacer tres veces 200 metros con solamente un minuto de descanso entre cada uno, me dejó bastante ahogada pero bien. El martes me tocó hacer sentadillas y luego a eso de las 12:00 del mediodía nos fuimos a Maracaibo. Me iré a entrenar en este momento, así que escribo de nuevo por la noche para comentarles cómo me fue.
De acuerdo, he vuelto y son las 8:30 de la noche aquí en Venezuela. Al irnos a Maracaibo, abordamos mi madre, hermano y yo (mi padre se había
ido dos días antes) un carro pequeño hasta Barquisimeto, una ciudad que se ubica en el estado Lara y es aproximadamente la mitad del camino porque no podíamos tomar un transporte hasta allá por los costos y esas cosas. El viaje fue algo incómodo por lo pesado que tenía los músculos luego del entrenamiento del martes, pero llegamos bien a eso de las 5:00pm. Luego, abordamos otro auto esta vez un poco más grande con aire acondicionado y a eso de las 9:00pm estábamos pasando el puente Rafael Urdaneta, estructura que atraviesa el lago de Maracaibo y su única entrada. La mayor parte del tiempo estuve durmiendo, pero una vez en la tierra del sol amada me desperté completamente. Mi padre nos fue a buscar con mi abuela tula y una prima llamada Valeria, fuimos antes de ir a casa a comer perros calientes en un sitio famoso llamado indiomara ¡cada perro costaba 500 BS! me quedé sorprendida pero como no era yo quien pagaría la comida, cerré mi boca y comí uno solo a pesar del hambre que tenía y mi hermano me dio una muestra de solidaridad que me conmovió, porque me cedió casi la mitad de su hamburguesa teniendo él la misma hambre que yo. Cuando llegué dormí profundamente al lado de mi abuela en su cuarto con aire acondicionado también, que por cierto el cambio de clima allá me causó una gripe espantosa que todavía tengo. Desde el miércoles hasta el sábado por la noche fue un torrente de disfrute incluyendo los entrenamientos bajo el sol inclemente, la visita a la casa de la familia de mi madre donde gracias al cumpleaños de un tío mío que tiene cáncer vi a uno de los primos que más quiero; no pude disfrutar mucho de su compañía porque cuando llegué tenía un sueño terrible y me quedé dormida apenas lo saludé, falté de igual manera a un culto que dio otro de mis tíos. El viaje a Caracas fue un poco más cómodo que la ida a Maracaibo porque nos fuimos en la camioneta de mi padre.
Ahora que vuelvo y me actualizo con las noticias, me fijé que ahora las personas con discapacidad y los adultos mayores debemos pagar el 50% del pasaje en el transporte público. Muchos dicen que el aumento mismo del pasaje no se justifica por el estado de las unidades, además hay quienes deben recorrer distancias más largas desde las ciudades donde viven hasta la capital por lo que deben pagar un monto mayor. De nuevo, una pena.
En Maracaibo puedo leer un poco más debido a que no tengo acceso a internet (faltan computadores con jaws) así que terminé el código Da Vinci, de Dan Brown. No adelantaré nada para quien no lo haya leído todavía y desee pasarse por sus páginas, solo diré que el suspenso casi se huele en cada una de ellas y fue un excelente libro de principio a fin, este autor sabe mezclar hechos ficticios con la realidad de la iglesia. Me voy ya muchachos, debo asistir a un entrenamiento virtual de Herbalife. Hasta entonces, Zoraya.
«Bajo la antigua Roslin el Grial, con impaciencia espera tu llegada. Custodios y guardianes de sus puertas, serán por siempre el cáliz y la espada. Adornada
por artes de maestros, ella reposa al fin en su morada, y el manto que la cubre en su descanso, no es otro que la bóveda estrellada».
El código Da Vinci

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