miércoles, 16 de marzo de 2016

Bajar la cabeza

¡la de cosas que han pasado!!! El domingo me hubiese encantado publicar, y debo confesar que era tan solo para que vieran la ubicación de mi post pero cuando abrí el blog y no vi la entrada supe que debo escribir todo de nuevo... normal, relajada.
He dejado últimamente las noticias a un lado por las cosas que debo hacer estos días que no me he puesto a leerlas. No sé si escribí sobre una masacre que hubo en un municipio del estado Bolívar en Venezuela llamado Tumeremo, un día de estos me enteré que encontraron 17 cadáveres de los mineros que fueron asesinados ¡qué monstruoso! Por otra parte el dólar paralelo o negro la última vez que leí cuesta 1220 bolívares, uff ¿qué les puedo decir? Comparto la opinión de algunos, ganar dólares y vivir en Venezuela es mucho mejor que generar ingresos de por lo menos 500 dólares en el exterior; por lo que les dije de la economía venezolana, bastarían 200 dólares vendidos al precio del mercado negro para comprar la canasta familiar.
El martes pasado me inscribí en Herbalife por fin, así que si quieren mejorar su estilo de vida, alguna asesoría acerca del modo de comer más saludable, motivación constante, y un plan de nutrición que vaya de acuerdo a sus necesidades sin importar el país desde el cual me leen, pueden contactar conmigo a través del correo electrónico zorayagarielacorzo@hotmail.com
El jueves estaba saliendo de ducharme, cuando Brayan me pasó un mensaje diciéndome que si deseaba acompañarlo el fin de semana a la playa que se ubica cerca del apartamento de su padre. Estaba encantada con la idea, pero tenía que cuadrar con los chicos de la materia de dirección y producción de televisión porque hubo que entregar un guion para el viernes, y el asunto era convencerlos de no grabar nada del programa durante el fin de semana. No quise mentir, así que les pregunté por el grupo del whatsapp: ¿chicos, comenzamos las grabaciones el lunes cierto? Afortunadamente me dijeron que sí y no tuve que dar explicaciones ;-) gracias a dios también Brayan tuvo clases el sábado porque su propósito era bajar el viernes ¡imagínense! Yo con aquel bolso para la playa y el bolso de la universidad, esperando entregar el guion de la materia para luego esperar que Brayan me fuese a buscar ¿quién sabe donde? no, no, menos mal Dios es grande.
El sábado por la mañana, tuve un evento a eso de las 9:00 de Herbalife. Le pregunté a Brayan a qué hora más o menos íbamos a bajar y me dijo que probablemente en la tarde así que me dio chance de asistir. Me sentí un poco sola en esa sala, era como comenzar un nuevo trabajo y por lo tanto muchos compañeros desconocidos. Por primera vez probé uno de los productos, el té que es muy bueno aún sin azúcar. El sábado que viene tengo otro de esos eventos cerca del colegio de ingenieros. A eso de las 2:30 Brayan me fue a buscar a la casa; antes de irnos, le dije que pasáramos por el centro comercial de al lado para que mis padres me dieran algo de efectivo. Una vez me lo dieron, fuimos a la estación Gato Negro donde nos esperaba Dayana que hizo la cola para abordar el transporte público que conduce a la guaira que es una zona de Venezuela donde hay bastantes playas. El trayecto fue de una hora y aproximadamente 20 minutos, muy relajado por el aire acondicionado de la unidad. como llegamos antes que su padre y Brayan no tenía llaves del apartamento bajamos a la playa. Al principio no me quería bañar por la falta de sol (eran las 5:30 y me gusta mucho secarme con el sol) pero el hecho de poder sacarme el agua salada en el apartamento me terminó de convencer. El agua estaba menos fría que las playas de margarita, pero las olas eran muy embravecidas, aunque yo les pondría el adjetivo en inglés rough que va mejor con la descripción de cómo eran. Me reí demasiado, porque las olas parecían llevarme al fondo de un momento a otro. De hecho, pensé por un segundo en el programa "muévete o muere" lo que en inglés sería "do or die" que pasan en Natgeo porque una de las olas nos dio un revolcón a Brayan y a mi que me hizo sentir como si estuviese en un remolino. Brayan leyó así como cualquier cosa un letrero que estaba cerca de la playa, que decía: prohibido bañistas, solo surfistas... ahí les dejo eso. Claro que no pensé decirle que fuésemos a otra playa, porque esa era la más cercana a su casa y Dayana y él estaban más que acostumbrados a estar allí por la falta de turistas y la paz del ambiente. Por la noche ya en el apartamento debidamente bañados y vestidos preparamos arepas para cenar, Brayan me enseñó a hacerlas según él al estilo merideño, es decir poner la bola de harina en un pedazo de papel con aceite para darle la forma.
El domingo por la mañana entrenamos multisaltos en la arena, sentí las piernas un poco pesadas pero todo bien, regresamos a eso de las 3:00 después de comer un almuerzo delicioso cortesía de la concubina del padre de Brayan. Sin embargo, no supe que aquellos saltos fueron un error total hasta que llegué el martes por la tarde cuando fui a entrenar con Richard... había llegado bastante tarde y él se tenía que ir a Maracai, y cuando le conté de los saltos se puso bastante molesto. Su silencio me castigó más que una reprimenda y hoy me dijo que iba a esperarnos a Brayan y a mi el jueves para hablar con ambos. No era mi estilo quedarme callada y no refutar a lo que él me dijo ayer, pero muchas veces para conservar una relación de amistad y una camaradería de equipo se debe actuar de esa manera. Con esta reflección los dejo y será hasta una nueva publicación, Zoraya.
Hay tres pautas básicas: tomarse en serio las cosas que uno hace, dedicarse en cuerpo y alma a lograr el objetivo que uno se ha impuesto, y convencerse de que lo importante en la vida es terminar lo que se empieza. Josef Ajram

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