sábado, 11 de febrero de 2017

Ser joven

Me han llamado por mi nombre de diferentes maneras: Zory, Zora, Zoraida y hasta Zorángely, pero la más extraña que he escuchado fue a una muchacha de mi secundaria que a pesar que le decía mi nombre repetidas veces ella insistía en decirme zorry, y cuando le pregunté el porqué, ella solo me dijo que estaba evitando el adjetivo que tendría si pusiera una "a" en el sustantivo... claro, me lo comentó con menos palabras. en fin, cosas de la vida jeje. El jueves fui de nuevo al gimnasio y un muchacho que entrena conmigo me estaba dirigiendo los ejercicios. Me correspondieron tres series de 15 repeticiones de sentadillas, y no sé qué me pasó pero me sentí full cansada. Creo que fue porque me dormí un poco tarde la noche anterior viendo videos y lo pagué con creses. Me molestaba la cabeza, las piernas las sentía como bloques y el sudor me chorreaba a torrentes; no soy de las que suele sentarse en el suelo a menos que esté muuy agotada, y ese día lo hice. -¿qué te pasa hoy? -me dijo el muchacho. -baja lento y sube rápido ¡vamos, vamos!. uf... aún me molestan las piernas y estoy segura que en cuanto toque cama me costará despertar.

Un carnaval diferente


el 10 de este mes en que publico esta entrada cumple años mi padre, ya van 55. También es importante porque el 16 de febrero de 2015 murió mi abuelo de un cáncer de huesos. Les estaba preguntando a mis padres algunos datos acerca del estudio que se hizo y algunas fechas; ellos consideran que no es agradable una publicación como esa porque ellos quieren olvidarlo, no desean que cuente la historia de lo que pasó pero ¡soy una comunicadora social! Si hay algo que me gusten son las crónicas, los sucesos, la publicidad, marquetin y la política, y el objetivo de este blog es plasmar experiencias de cualquier tipo porque quiero que sientan esos momentos que viví. Si de verdad piensan que mi relato hiere alguna fibra de su persona, pueden leer el siguiente encabezado ¡son libres y no me molesta! :) pues aquí voy.
Dicen que soy buena para hablar inglés, que tengo una pronunciación excelente; sin embargo me gusta seguir aprendiendo así que me inscribí a mediados de 2013 &2014 en un curso de inglés de un instituto llamado oxford international center. Mis abuelos estaban aquí en la capital (ellos son de Maracaibo), porque mi abuelo cuyo nombre es Germán tuvo que hacerse un estudio por un dolor que tenía. La tarde en que mi padre vio los resultados, yo estaba en clase; al salir y comiéndome un golfeado (un pan venezolano dulce, con queso duro) junto a mi madre, ella me dijo con voz seria que mi abuelo tenía cáncer de huesos con metástasis en todo su cuerpo. El estudio oncológico que se hizo mostraba de color negro las partes donde se alojaba, y mi madre me dijo que a excepción de una parte de su antebrazo y parte del abdomen creo, todo lo demás estaba oscuro... Mi asombro no lo pude expresar con palabras y ahora cada vez que como uno de esos panes cerca del instituto me recuerdo de ese momento. En septiembre de ese mismo año, la familia organizó una renovación de votos para ellos

esta fue la última casa en la que vivieron ¡olvidé decir que él era abuelo paterno! Fuimos entonces en febrero de 2015 a pasar los carnavales en Maracaibo (ya ellos habían regresado), y él estaba en una cama que le pusieron en la sala de la casa. Pasó los últimos dos días gritando de dolor; era la primera persona a la que escuchaba sufrir por una enfermedad como esa. El 16 mientras él tomaba una siesta me quedé en uno de los cuartos escuchando música, cuando una de mis tías me dice -¡germán se despertó! Me tomé mi tiempo para ir; supuse que vendría una nueva dosis de gritos, porque la noche anterior tuve un sueño difícil a causa de eso. Cuando llegué alguien lloraba pero pensé que era algo normal pues seguía enfermo, lo que me inquietó fue cuando mi padre le dijo a alguien que anotara la hora para que le avisara al médico que daba los certificados; pregunté y me dieron la noticia. Gracias a dios estaba sentada, me quedé en silencio; podía escuchar a mi abuela lamentándose en el cuarto que ellos compartían. Al principio me afectó más que mi padre sufriera por la enfermedad de Germán que lo demás y a pesar que era un familiar, tenía curiosidad por saber cómo era su cadáver porque nunca había tocado uno. No me atreví a sugerirlo durante una hora pero cuando llegó mi madre, ella me llevó y con mucha cautela toqué su rostro: había tomado la temperatura del aire acondicionado que estaba sobre su cama; su frente estaba arrugada no sé si por el esfuerzo de contener el dolor o por la senectud y tenía un trapo amarrado entorno a su boca y nariz, creo que porque había muerto con la boca abierta. No lloré entonces y tampoco en el funeral, ni siquiera cuando cerraron la urna para llevarlo al cementerio. Se me vino todo encima fue cuando descendían el ataúd hacia el foso donde lo iban a enterrar. La familia me dijo que pronunciara unas palabras para despedirlo: cuando me acerqué para tocar el féretro se me hizo un nudo en la garganta y lo que me salió fue -bendición, abuelo. Mantuve mi mano derecha sobre la caja comprendiendo que ese cuerpo ya no era mi abuelo, que se quedaría en ese cementerio de un sol abrazador para siempre y que ya nunca más volvería a pasearse por la casa, alegrándonos con sus ocurrencias.

Juventud y destino de la nación (JDN

Del viernes tres al domingo cinco de febrero estuve en dos cursos. El primero duró el viernes y el sábado y era de formación política para jóvenes venezolanos de entre 18 y 25 años, al que fuimos invitados de varias universidades y partidos políticos en el hotel "president" de Caracas. Pensé que al llegar me encontraría con los de mi grupo pero ninguno había llegado y ya nos tocaba pasar, así que le hablé a una de las chicas y me fui con ella a la mesa de los del partido de Voluntad Popular; los jóvenes eran un poco más serios pero sabían lo suyo, casi quería esconder el distintivo en el que decía el partido en el que estoy y me sentía un poco como infiltrada pero por lo demás estuvo bien. En el lugar habíamos aproximadamente 250alumnos y muchos sabían los ideales de su partido y porqué pertenecían, gracias a dios nadie me preguntó pero aprendí mucho de lo que ellos conversaban mientras comenzaban las ponencias porque el curso trataba precisamente de eso, varias sesiones con licenciados en ciencias políticas, filósofos y diputados de la Asamblea Nacional, cada uno con experiencias diferentes que contar.
La ponencia de la que más aprendí y me interesó mucho más fue precisamente la primera: política y antipolítica que la dio Ramón Cardozo, licenciado y con doctorado en Ciencias Políticas, nos explicó el problema grave de que las personas no se interesaran por esa área porque a la hora de elegir a un candidato para presidente o gobernador estamos poniendo nuestro país en sus manos y eso por supuesto es algo que no se puede ni se debería tomar a la ligera. Nos dijo que las encuestas mostraban que si se le preguntaba a alguien ¿consideras que la economía, la corrupción y y la violencia son asuntos que debe abordar el estado? y el 70% respondió afirmativamente, todos esos asuntos son parte de la política y por eso agradeció el hecho que tantos jóvenes se interesaran en formarse. Manifestó que no somos el futuro de este país sino su presente. Como ejemplo del desinterés de la población se situó en el año 1998 cuando hubo las elecciones presidenciales; para ese tiempo, quien estaba en lo más alto de las encuestas era Irene Sáenz, ex reina venezolana y politóloga egresada de la Universidad central. La victoria fue de Hugo Chávez pero ¿por qué? Nos preguntó ¿qué tenían ambos en común? Ella blanca, él moreno. Ella ex reina, él un militar... Una de las razones según él por las que el voto estuvo entre ambos fue que la gente comentaba -mejor esos que los que están ahora... Lo repito, fue la mejor ponencia que escuché.
El siguiente curso al que acudí fue el domingo cinco de febrero llamado "Mi compromiso justiciero". Fue en el hotel Pestana de Altamira (Caracas) y fuimos menos personas, una por cada parroquia. En él aprendimos los ideales de nuestro partido político e hicimos una actividad práctica para retenerlos mejor porque de seguir adelante, las personas a quienes iba dirigido este último curso seremos facilitadores de ese contenido.
Para finalizar, quiero comentarles lo que pienso en este momento. Francamente, deseo ser grande... ¡sí! Ya sé que en cuanto a mi estatura no tengo remedio y que moriré como hormiga, o ratona de biblioteca como me llamaba una profesora en primaria. No me refiero a eso; quiero que la gente me recuerde cuando no esté, quiero ser una gran comunicadora, producir y conducir un programa de radio, activa en la política y si dios me lo permite y me acepto un poco más ¿por qué no? Líder en eso si es posible e imagen publicitaria. Además deseo ser una atleta reconocida. Estoy segura que todo esto me tomará tiempo, esfuerzo y constancia pero como escuché hoy una frase «siempre sueña en grande, pero da pasos de bebé para cumplir tus objetivos» siento que estoy en eso; lo primero será graduarme prontamente este año y deseo estudiar otra carrera, no diré cuál todavía porque tengo que pensarlo bien, y superar la flojera por hacer tesis... jajaja en fin, mi vida está bien encarrilada. Confiaré en mi, pediré y agradeceré a Dios todos los días porque sé que él no abandona a sus hijos y seguiré luchando por lo que quiero. También muchísimas gracias a ustedes lectores constantes (frase de Stephen King) por estar siempre allí. Uff... ¡traigan un pañuelo! No vale no me gusta ponerme tan sentimental. Los dejo entonces, en mi próxima entrada les hablaré sobre la marcha de mañana y la responsabilidad por los hijos. Un abrazo inmenso, Zoraya.
pd: el 13 de febrero (gracias a dios es lunes) se define mi suerte en la universidad...
«Vivir no es sólo existir, sino existir y crear, saber gozar y sufrir y no dormir sin soñar. Descansar, es empezar a morir». Gregorio Marañón