viernes, 2 de diciembre de 2016

manual del escritor para dummies

-amiga, te veo después ¿vale? -Dijo Gabriela al terminar la clase, recogiendo su bolso rápidamente-.
-está bien -Respondió Beverly que sin querer se había quedado un poco rezagada. Al escuchar cerrarse la puerta del aula comenzó a recoger con calma sus cosas, no tenía ningún apuro para irse. La canción you de la banda the deserters sonaba de fondo en unas cornetas que conectó a su celular.
-Hola -dijo suavemente una voz justo a su lado-.
-Hola -respondió Beverly con una sonrisa que no le llegó a los ojos; sabía quién era, su novio James. No era su cabello corto y esponjoso lo que le gustó de él, ni sus ojos marrones que la miraban con intensidad, ni su aparente desenvoltura con las matemáticas y la física que extrañamente no lo hacían parecer un idiota aislado, sino un chico aplicado. no, lo que le atrajo de James era su sencillez y humildad. A casi todos los chicos que la rodeaban les gustaba presumir de cualquier cosa que fueran o que tuvieran; sin embargo él desde que llegó no mostró mucha ostentación al vestir, y a pesar de haber sido aceptado en la universidad de Yale luego que enviara solicitud de una beca adjuntando un proyecto de la física moderna de su invención, las únicas personas que lo sabían eran Beverly y sus padres.
-eh... se te cayeron estos -Agregó James, dándole unos libros que había olvidado recoger.
-Gracias -respondió con un leve suspiro. Había un ambiente un poco tenso entre ellos.
-¿Ya entrenaste? Preguntó con la misma voz suave. Beverly no dijo nada, sabía que él estaba al tanto de sus horarios de entrenamiento: de lunes a viernes, siempre a las 8:00 de la mañana para tener las tardes libres para las clases. Él la miró de forma insistente. De pronto, Beverly sintió la sospecha en sus ojos ¿se habría dado cuenta?
-sí -respondió con caudela.
-¿y el trabajo que me dijiste...
-Ya lo terminé -Lo interrumpió.
-Hmmm y dime... ¿quieres terminar conmigo?
-¿que? Estaba sorprendida, la pregunta la había cogido con la guardia baja.
-no fue sencillo decirlo la primera vez ¿tengo que repetirlo? -Dijo, muy serio.
-¿por qué quieres terminar conmigo? -respondió ella, sentía el nudo en la garganta ya muy cerca
-No te he dicho eso -replicó con calma-. Te pregunté si tú querías. Beverly no contestó.
Lo que había planeado para ese encuentro estaba saliendo bastante mal; luego de pensarlo por un momento, decidió hacerse la tonta.
-no te entiendo -dijo. ¿qué motivos tendría para terminar? El celular había dejado de sonar, Beverly lo puso en modo repetición para la misma canción, con la idea de distraerse y no tener que mirarlo. James, sin perder la determinación, le apartó sus manos con suavidad del teléfono y prosiguió.
-Tampoco lo sé, tú dime... Estas dos semanas me has estado evitando. Las veces que he ido a buscarte a la piscina, tu entrenador me dice que te has ido ya. Si te llamo al local tu madre o tus amigas te cubren, tu teléfono siempre está apagado y vi tu expresión cuando me acerqué a saludarte... un poco sorprendida, y no precisamente en buen sentido... parecías más bien precavida.
-bueno -respondió ella con tono triste. Es que... siento que... hay algo, algo que se interpone. No sé que es -añadió apresuradamente.
-entiendo -dijo James, aún bastante serio-. A Beverly comenzaron a resbalarle lágrimas de forma incontrolada. No le gustaba que la vieran llorar ni lo que estaba pasando, se sentía bastante mal. Quería muchísimo a James, pero...
-¿desde cuándo te gusta Daniel? -Dijo, como quien no quiere la cosa-. Beverly sintió que su estómago bajaba hasta su vientre. Daniel... el chico más arrogante y competitivo que había conocido. Entrenaba con ella hacía cinco meses, y siempre se le ocurría alguna broma pesada a todo momento: durante los calentamientos, las vueltas, las carreras de chequeo... una vez, Daniel le había derramado colorante rojo en el bañador sin que ella se hubiese dado cuenta, porque aún tenían la ropa deportiva puesta y sin que ella supiese cómo, accedió a su bolso antes de que ella entrara a los vestuarios. Apurada como estaba, se cambiaba automáticamente. Al salir, él exclamó: ¡ahí está la fresa bevbie! "Dios, pero qué inmaduro", Pensó. Sin embargo, al ver cómo todos volvían el rostro hacia ella, se preguntó qué pasaba y se miró; sintió que su cara quemaba. -¡Uf! ¿pero qué...? ¡ese Daniel! Enojada como estaba lo intentó lanzar al agua. El resultado de eso fue que a ambos los sacaron de la práctica. Aún molesta, Beverly se sentó en las gradas a pasar el tiempo, con un risueño Daniel a su lado. A pesar de que al principio no quiso hablarle, se había mostrado insistente y se conocieron mejor...
-Creo que estoy confundida. Es decir sí me gusta, pero no quiero estar con él. Se explicó, volviendo al presente. Ciertamente no había pasado nada entre ella y Daniel, pero no podía evitar ver su cuerpo esbelto en las prácticas, su espalda ancha y su garbo al nadar.
-no quiero que me odies -agregó, secándose los ojos con la camisa.
-¿odiarte? -contestó James, extrañado-. -¿cómo podría odiarte, Bevbie? -Su voz acariciaba su nombre-. -Estos cinco años que tengo conociéndote; dos como amigo y tres como novio, tienen que haberme bastado para saber lo que sientes e interpretar tus expresiones ¿no te parece? -En su rostro apareció una pequeña sonrisa mientras hablaba-. -Hace exactamente un mes hice de tu cumpleaños uno de los mejores que has tenido. Lo vi en tus ojos, en ese abrazo gigante de agradecimiento, lo sentí en ti. Precisamente porque te conozco estoy seguro que lo que sientes es momentáneo. Mientras te dure esa confusión no vas a estar conmigo ¿de acuerdo? -no había nada amenazador en su tono de voz, solo firmeza-. -Siempre estaré pendiente de ti porque te quiero, seas mi novia o mi amiga eso tenlo en cuenta, nena-. Beverly asintió. No esperaba esa reacción de su parte: lo imaginaba traicionado o dolido, pero nunca así. Se obligó a mirarlo, era tan lindo... intentó quitarse la cadena que llevaba, un regalo de James por su cumpleaños, pero él retuvo sus manos.
-no -dijo-. -Es tuya-. Se abrazaron brevemente. Así que eso era todo, pensó cuando lo vio irse. Se acercó a la ventana, empañada por una leve llovizna. A su espalda, el celular emitía los últimos versos de la canción: i've got to move on... got to move on without you... Beverly sacó el rostro por la ventana -¿por qué Daniel, por qué?

¡hallo!!

Sí, eso lo saqué de mi imaginación. Quise que fuese un cuento bastante sencillo, una chica que a pesar de la perfección de un chico (que no existe en la vida real, me refiero a la perfección) siente que podría haber algo mejor para ella en la "imperfección" que ve en otro y aunque él le molesta, su forma de ser le llama la atención. Tengo otros dos cuentos sin terminar en el computador porque no se me ocurre muy bien cómo seguir, de todos modos ahí algunas ideas en mente para el que desee comenzar a dejarse llevar. Ojo las estoy pensando ahora, no las saqué de internet
  • lee si es posible todos los días: tal como dice Stephen King, un buen escritor se hace de un buen lector. Trata de que si deseas escribir sobre algún tema, métete de lleno en lo que te interesa: si es por ejemplo ficción, léete autores de ese género que te gusten
  • crea tus personajes: a la hora de crear un personaje siéntete como un Dios; con tu cuaderno de notas comienza con el nombre que más te guste, y continúas con la personalidad que más le convenga de acuerdo a tus propósitos. Mientras más rasgos tenga mejor, como sonarse la nariz con frecuencia, peinarse el cabello o esas cosas porque le darán más vida a tu personaje, lo harás tuyo que es la idea
  • no vayas tan rápido: sé que te emociona la idea de hacer alguna novela que deje en shock a tus lectores, pero eso no sale así sin más (por eso tengo los cuentos sin terminar). Lo más adecuado sería que empieces con cuentos, con un conflicto y desenlace que sea fácil de entender
  • deja que un conocido y un desconocido te critiquen antes de publicar: en caso de que tu deseo sea publicar, esta es una buena opción porque puede que tengas que corregir detalles o que te digan que lo reescribas. Si es así no te frustres, si sientes que está bien arriésgate pero si por el contrario sientes que las razones que te dieron son de peso, procede
  • recibe consejo de un experto: quien les da esta lista es alguien que no ha publicado ni siquiera un chiste, por lo que si tu meta es escribir historias y conoces algún profesional en tu zona, intenta contactarlo o si tienes familiares con ese talento ¡no dudes y aprovecha!!

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